A todos nos gusta encender el ordenador y que la pantalla de inicio de sesión aparezca de inmediato. Introducimos usuario y contraseña, abrimos un par de programas, haz click aquí y aparecen en pantalla en segundos. Así da gusto. Pero con el tiempo, nuestra computadora se resiente. No ya por el hardware, que también, si no por el software: instalar y desinstalar programas, llenar el disco de archivos y el mero usuario diario desgasta Windows y lo ralentiza.
A todos nos gusta encender el ordenador y que la pantalla de inicio de sesión aparezca de inmediato. Introducimos usuario y contraseña, abrimos un par de programas, haz click aquí y aparecen en pantalla en segundos. Así da gusto. Pero con el tiempo, nuestra computadora se resiente. No ya por el hardware, que también, si no por el software: instalar y desinstalar programas, llenar el disco de archivos y el mero usuario diario desgasta Windows y lo ralentiza.
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